Madrileña se libra de deuda gracias a las acciones legales de Debelare

Mujer de 69 años liberada de deuda injusta gracias a la intervención de los abogados de Debelare.

Una madrileña de 69 años se ha librado de una deuda absolutamente injusta gracias a las acciones legales emprendidas por los letrados de Debelare Abogados.

Cuando se llevan a cabo prácticas comerciales de manera agresiva pueden llegar al punto de resultar coaccionantes y engañosas. Los abogados de Debelare, en este caso, demostraron que así ocurrió, liberando así a esta madrileña de la deuda.

Era el verano de 2018 cuando los comerciales de una empresa se personaron en el domicilio de nuestra clienta. Una vez allí, después de horas y horas de presión, la engatusaron para adquirir un dispositivo de presoterapia que "pagaría en cómodos plazos".

Tan insistentes fueron que a nuestra representada, una mujer de 69 años, que padece de cataratas y que cuida de sus ancianos padres en casa, no le quedó más remedio que aceptar la compra. Era eso o que los comerciales permanecieran en su domicilio hasta el fin de los días. De ahí que, agotada y desesperada, firmase los papeles que le presentaban. Poco imaginaba que había firmado un contrato de compraventa con un precio elevadísimo y un contrato de préstamo vinculado.

«Lo único que recuerdo era que la letra del contrato era diminuta… no reparé en lo que firmaba porque confiaba en ellos... bueno además es que no podía leerlo»

—Testimonio de la clienta

A los pocos días la clienta intentó por todos los medios devolver el producto que había adquirido. Sencillamente, era demasiado caro para una persona sin medios como es ella. Aparte, únicamente había aceptado la compra debido a la agresiva acción comercial de la empresa –los comerciales acudieron a puerta fría, permaneciendo horas en su domicilio y no había modo de que abandonasen la vivienda–. Por ese motivo, llamó a la compañía para que se llevasen la compra y que anulasen todo lo realizado.

derecho a desistimiento tras una compra.
La empresa hizo todo lo posible para evitar que la consumidora ejercitara su derecho a desistimiento en el plazo legal.

Sin embargo, la empresa comenzó a poner problemas de todo tipo para aceptar la devolución del producto. Primero hablaron de la posibilidad de rebajar el precio de compra; luego llegaron incluso a proponerle que le regalarían un colchón si mantenía la operación, etc. El caso era evitar que la consumidora ejercitase su derecho de desistimiento dentro del plazo que concede la ley.

Al final, después de días mareando la perdiz y una vez transcurrió el plazo legal para desistir, la empresa comunicó a la clienta que "no aceptaban el desistimiento ni la devolución del producto"; que "había firmado y que se había comprometido a pagar".

Indignada como estaba por el engaño, nuestra clienta envió por correos el dispositivo de presoterapia a la empresa; con tan mala suerte que el paquete se perdió en el envío por causas ajenas a ella.

La estrategia de la empresa había dado sus frutos y la clienta creyó de veras que no habría solución.

En estas estaba la consumidora cuando decidió ponerse en manos de DEBELARE ABOGADOS.

Finalmente fue necesario que el despacho iniciase las acciones legales oportunas para que se hiciera justicia: lo hemos conseguido, la sentencia del Juzgado de primera instancia estima la demanda y declara extinguidos tanto el contrato de compraventa como el de préstamo por desistimiento; como si nunca se hubiesen celebrado.

Todavía es pronto para celebrar, ya que la sentencia no es firme; pero no cabe duda de que es una primera victoria que ayudará a nuestra clienta a dormir más tranquila. Esperamos que la empresa se abstenga de recurrir o que, si lo hacen, la Audiencia vuelva a escucharnos.

Desde DEBELARE ABOGADOS agradecemos la confianza depositada en nosotros por aquellos consumidores que se sienten indefensos ante las prácticas abusivas de empresas, entidades financieras etc. Les aseguramos que jamás cejaremos en nuestro empeño de defender sus intereses, por humildes que sean. No permitiremos que este tipo de comportamientos contrarios al derecho de los consumidores queden impunes.

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